15/06/12

Quantic love - Pág. 99

FERNÁNDEZ-VIDAL, Sonia. Quantic love. Barcelona: La Galera Editorial, 2012. ISBN 978-84-246-4170-2.

"Me parecía increíble que aquel jeta hubiera intentado besarme, hacía menos de una hora, y que ahora se quedase ligando con mi compañera delante de mis narices. Estaba claro que, al lado del bellezón con el que compartía cuarto, yo me volvía invisible.
Decepcionada, me senté ante el escritorio de Angie y encendí su ordenador para ver la hora. Pasaban veinte minutos de la una. Me desvestí y me puse el pijama. Luego volví al escritorio y miré de nuevo el reloj. Ya eran y media.
Para entretenerme, abrí el navegador y me metí en la intranet del CERN-Market, donde los residentes venden sus muebles y coches usados, ya que siempre hay investigadores llegando y partiendo. Algunos anuncios eran realmente chocantes.

VENDO SOFÁ ROJO DE IKEA SEMINUEVO YA DESMONTADO
Advertencia I: Falta un tornillo
Advertencia II: Puesto que este producto es 100% materia, en el caso de que entrara en contacto con antimateria, ocurrirá una explosión catastrófica para el sofá y su ocupante. Se declinan responsabilidades pod dicha situación.
Advertencia III: Se avisa al comprador que, en realidad, este producto consta de un 99,9999999999% de espacio vacío.

Me reí al recordar el ejemplo que me había puesto Angie una semana antes: "si el núcleo del átomo fuese una pelota de ping-pong y la colocásemos en el centro de un campo de fútbol, los electrones serían más pequeños que la punta de un alfiler y estarían dando vueltas por las gradas. El resto está complemente vacío, como la cabeza de los tíos".
Brian lo había explicado de un modo más dulce: "si tomáramos todos los átomos que forman la humanidad y les quitásemos el espacio vacío, juntando los núcleos y los electrones, cabríamos todos en un terrón de azúcar".
Depués de leer muchos anuncios, aquella estrategia de autodistracción dejó de funcionar. Habían pasado ya cuarenta y cinco minutos y mi compañera de cuarto no había vuelto.
Cerré la tapa del portátil, apagué las luces y me tumbé en la cama con la mosca detrás de la oreja.
No entendía por qué me molestaba tanto que Alessio ligase con Angie. Le había rechazado aquella misma noche y llegado a la conclusión de que sentía algo muy fuerte por Brian. Entonces, ¿por qué me carcomían los celos y cronometraba el tiempo que llevaban juntos?".

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