El primer párrafo de una novela es decisivo para enganchar a los lectores. Y no solo a los lectores... Un mal comienzo puede hacer que un editor decida que no merece la pena seguir leyendo un original, o que un agente rechace tu obra desde el primer momento. Por eso, hay que trabajar bien los comienzos. Afortunadamente, existen muchas formas de empezar con fuerza una novela. Aquí hemos seleccionado cuatro, y como ejemplo de cada una hemos elegido el comienzo de una novela clásica:
1-Empezar con una afirmación general:
Si tu primera frase es una observación interesante y original sobre algún aspecto particular del carácter de las personas, sobre la Historia de los pueblos o sobre cualquier otro aspecto directamente relacionado con el tema de tu novela, puede resultar un gancho estupendo para captar la atención del lector. Como ejemplo, aquí tienes el primer párrafo de la novela Orgullo y prejuicio, de Jane Austen:
“Es una verdad universalmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa.”
Se trata de un comienzo que nos sumerge de inmediato en el tema de la novela, ya que nos dice mucho acerca de la historia que vamos a leer: una historia sobre lo que la sociedad espera que hagan los hombres y mujeres de una determinada condición social y sobre los conflictos que esas expectativas generan en las vidas de los protagonistas.
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