27/01/14

O único que queda é a poesía

No libro O único que queda é o amor, de Agustín Fernández Paz, hai numerosas citas de poemas e libros que ó autor lle gustan, arredor dos que construiu as dez historias que conforman o libro.

Aquí tedes tódolos poemas que aparecen citados:

Sé tú mi límite

Tu cuerpo puede
llenar mi vida,
como puede tu risa
volar el muro opaco de la tristeza.

Una sola palabra tuya quiebra
la ciega soledad en mil pedazos.

Si tu acercas tu boca inagotable
hasta la mía, bebo
sin cesar la raíz de mi propia existencia.

Pero tú ignoras cuánto
la cercanía de tu cuerpo
me hace vivir o cuánto
su distancia me aleja de mí mismo
me reduce a la sombra.

Tú estás, ligera y encendida,
como una antorcha ardiente
en la mitad del mundo.

No te alejes jamás:
Los hondos movimientos
de tu naturaleza son
mi sola ley.
Retenme.
Sé tú mi límite.
Y yo la imagen
de mí feliz, que tú me has dado.

          José Ángel Valente. La memoria y los signos

 

Barcarola

Si solamente me tocaras el corazón,
si solamente pusieras tu boca en mi corazón,
tu fina boca, tus dientes,
si pusieras tu lengua como una flecha roja
allí donde mi corazón polvoriento golpea,
si soplaras en mi corazón, cerca del mar, llorando,
sonaría con un ruido oscuro, con sonido de ruedas de tren con sueño,
como aguas vacilantes,
como el otoño en hojas,
como sangre,
con un ruido de llamas húmedas quemando el cielo,
sonando como sueños o ramas o lluvias,
o bocinas de puerto triste;
si tú soplaras en mi corazón, cerca del mar,
como un fantasma blanco,
al borde de la espuma,
en mitad del viento,
como un fantasma desencadenado, a la orilla del mar, llorando.

Como ausencia extendida, como campana súbita,
el mar reparte el sonido del corazón,
lloviendo, atardeciendo, en una costa sola,
la noche cae sin duda,
y su lúgubre azul de estandarte en naufragio
se puebla de planetas de plata enronquecida.

Y suena el corazón como un caracol agrio,
llama, oh mar, oh lamento, oh derretido espanto
esparcido en desgracias y olas desvencijadas:
de lo sonoro el mar acusa
sus sombras recostadas, sus amapolas verdes.

Si existieras de pronto, en una costa lúgubre,
rodeada por el día muerto,
frente a una nueva noche,
llena de olas,
y soplaras en mi corazón de miedo frío,
soplaras en la sangre sola de mi corazón,
soplaras en su movimiento de paloma con llamas,
sonarían sus negras sílabas de sangre,
crecerían sus incesantes aguas rojas,
y sonaría, sonaría a sombras,
sonaría como la muerte,
llamaría como un tubo lleno de viento o llanto
o una botella echando espanto a borbotones.

Así es, y los relámpagos cubrirían tus trenzas
y la lluvia entraría por tus ojos abiertos
a preparar el llanto que sordamente encierras,
y las alas negras del mar girarían en torno
de ti, con grandes garras, y graznidos, y vuelos.

¿Quieres ser fantasma que sople, solitario,
cerca del mar su estéril, triste instrumento?
Si solamente llamaras,
su prolongado són, su maléfico pito,
su orden de olas heridas,
alguien vendría acaso,
alguien vendría,
desde las cimas de las islas, desde el fondo rojo del mar,
alguien vendría, alguien vendría.

Alguien vendría, sopla con furia,
que suene como sirena de barco roto,
como lamento,
como un relincho en medio de la espuma y la sangre,
como un agua feroz mordiéndose y sonando.

En la estación marina
su caracol de sombra circula como un grito,
los pájaros del mar lo desestiman y huyen,
sus listas de sonido, sus lúgubres barrotes
se levantan a orillas del océano solo.

          Pablo Neruda. Residencia en la tierra


O poeta desexa os panos do ceo

 Se eu tivese eses panos bordados do ceo,

Traballados con luces de ouro e de prata,
Eses panos azules, e foscos, e escuros,

Os da noite, e o día, e a media claridade,
Eu tendería os panos debaixo dos teus pés:
Mais como son tan pobre só teño os meus soños;
Tendín estes meus soños debaixo dos teus pés;

Camiña docemente, que andas sobre os meus soños.


          W. B. Yeats. Tradución de Plácido Castro




Outro poema dos dons

 Gracias quero dar
pola noite e a chuvia
que nos devolven a memoria da nai,
e pola muller
que dá forma á beleza.
Gracias polo sexo
que une nunha soa carne
dúas soidades
e polo soño que nos permite
a viaxe á morte
e o regreso.
Gracias polo vento
que nos fai estraños de nós mesmos
e pola pedra
que aspira a soñar a eternidade.

Gracias quero dar polos nenos
que non coñecen nin a culpa nin a morte,
e pola música,
alma en epifanía trascendida.
Gracias pola luz
que nos devolve o mar nos ollos da amada
e polo aire, vivificante e saudábel.
Gracias pola beleza,
que nos enche e acovarda,
e polo mencer
que nos ofrece a ilusión
da primeira vez.

Gracias
pola xuventude e polos sentidos.
Polo loureiro e o trigo,
polo viño que nos sume
nun transo sen dolor,
pola herba, máis tenaz que o tempo,
e pola arte
que nos sobrevive.
Gracias quero dar
polos días que compartes comigo,
pola caricia e polo beixo.
Gracias polo mar, absoluto e poderoso.
Gracias polo silencio e polo verso.


          Xulio López Valcárcel. Memoria de agosto



Elegía (fragmento)

 Si después de morir nos levantamos,
si después de morir
vengo hacia ti como venía antes
y hay algo en mí que tú no reconoces
porque no soy el mismo,
qué dolor el morir, saber que nunca
alcanzaré los bordes
del ser que fuiste para mí tan dentro
de mí mismo,
si tú eras yo y entero me invadías
por qué tan ciego ahora esta frontera,
tan aciago este muro de palabras
súbitamente heladas
cuando más te requiero,
te digo ven y a veces
todavía me miras con ternura
nacida sólo del recuerdo.

Qué dolor el morir, llegar a ti, besarte
desesperadamente
y sentir que el espejo
no refleja mi rostro
ni sientes tú,
a quien tanto he amado,
mi anhelante impresencia

                  José Ángel Valente. Fragmentos de un libro futuro




 El amor está en lo que tendemos...

El amor está en lo que tendemos
(puentes, palabras ).

El amor está en todo lo que izamos
(risas, banderas).

Y en lo que combatimos
(noche, vacío)
por verdadero amor.

El amor está en cuanto levantamos
(torres, promesas).

En cuanto recogemos y sembramos
(hijos, futuro).

Y en las ruinas de lo que abatimos
(desposesión, mentira)
por verdadero amor.


          José Ángel Valente. Breve son

Ilustracións de Pablo Auladell para O único que queda é o amor

Ningún comentario: