Fuente: El País / Gorka Lejarcegi |
O escritor catalán César Mallorquí gañou hai un mes o Premio Nacional de Literatura Xuvenil coa súa novela La isla de Bowen (da que mañán publicaremos un fragmento).
Hoxe traémosvos esta entrevista publicada en El templo de las mil puertas en octubre de 2009:
Digno hijo de su padre –José Mallorquí el célebre creador del personaje literario el Coyote– a César lo de escribir le viene de casta. Su curriculum es impecable: tres veces ganador del Edebé y una del Gran angular. Además, ha recuperado para las nuevas generaciones un género clásico como es el de la aventura con su serie de Jaime Mercader. Ex-periodista, ex-publicista, enamorado de la ciencia-ficción y de los libros. Con todos ustedes, Mallorquí. César Mallorquí.
¿Cómo se lleva el ser hijo de un escritor? ¿Te ha influido de alguna manera la obra de tu padre en tu carrera literaria?Ser hijo de José Mallorquí siempre ha sido un motivo de orgullo para mí. De hecho, llevar ese apellido tan poco frecuente –y tan conocido y querido por tanta gente- me ha ayudado mucho, y no me refiero sólo a la literatura. Supongo que su obra influyó en la mía, claro; pero hay tantas otras influencias... En cualquier caso, mi afición a la literatura y el hecho de haberme planteado ser escritor profesional se deben, sin duda, al influjo de mi padre.Tú, al igual que Elia Barceló, comenzaste escribiendo fantástico para adultos, te llevaste los premios más importantes en España dentro de esa categoría y un día, de repente, pasaste a escribir para jóvenes. ¿A qué se debió esa decisión? ¿Fue una cuestión de mercado? ¿Cómo se tomaron tus lectores adultos ese cambio? ¿Y tus editores? ¿Conocías la novela juvenil que se hacía en España en ese momento antes de dar ese paso? ¿Qué opinas de los nuevos autores de fantástico que están surgiendo en nuestro país?Abandoné el fantástico –la ciencia ficción en concreto- por tres motivos: en primer lugar, porque no me convence el rumbo que ha tomado el género en las últimas décadas. En segundo lugar, porque la clase de fantástico que yo escribía sólo me interesaba a mí y a unos pocos más. Por último, porque es imposible profesionalizarse en España escribiendo fantástico.Mis lectores adultos, y mis editores, se lo tomaron... mal, supongo. En cierto modo se vio como una deserción, porque yo formaba parte del grupo de escritores que impulsaron el fantástico español a principios de los 90 y había grandes esperanzas puestas en ese grupo. En mi descargo, señalaré que varios de esos escritores acabaron, igual que yo, desertando del género. Pero no de la literatura.En cuanto a mi conocimiento sobre la novela juvenil, era entonces, y es ahora, prácticamente nulo. Recuerdo que, cuando me planteé escribir un relato juvenil, compré y leí cinco o seis novelas de ese género; dos de ellas (no citaré nombres) me gustaron, pero el resto me irritó, porque eran condescendientes con el lector y eso, a mi modo de ver, es un error. Cuando yo tenía 14 años leía de todo -salvo literatura juvenil, que entonces prácticamente ni existía-, y no necesitaba que el autor se “pusiese a mi altura” para disfrutar del texto. Desgraciadamente, muchas novelas, más que para jóvenes, parecen estar destinadas a imbéciles. Así que decidí no leer juvenil –salvo ciertos autores- para mantener mi estilo lo más libre de influencias posible.Respecto a los nuevos autores españoles de fantástico, no los conozco a todos, pero hay muchos y eso, tratándose de un género tradicionalmente proscrito en nuestro país, ya es bueno. Pero es que, además, hay excelentes narradores entre ellos, lo cual es aún mejor. Parece que algo está cambiando en nuestra literatura.
Fonte: El tempo de las mil puertas
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