07/06/13

Relatos de lo inesperado - Páx. 99

DAHL, Roald. Relatos de lo inesperado. Barcelona: Ed. Anagrama, 2008. ISBN 978-84-339-2086-7.

Contracuberta:
La personalísima obra de Roald Dahl es cada vez más conocida y apreciada en España. Relatos de lo inesperado es quizá su libro más universalmente famoso, en el que demuestra de forma plena la afirmación: «La mente de Roald Dahl es inequívocamente malévola y perversa» (The Washington Post). En efecto, el autor despliega de forma magistral su mortífero ingenio y su macabro sentido del humor a lo largo de estos cuentos, rematados con desenlaces tan imprevistos como certeros. Este libro dio lugar a una célebre serie televisiva cuyos episodios estaban presentados por el propio Roald Dahl.
«Un narrador en la tradición de Poe y Hawthorne. Dahl comparte la maestría de los grandes escritores del pasado con respecto a la trama y los personajes, unido a una ferocidad y un retorcimiento típicamente suyos» (Los Angeles Times).


"—Lo único que digo —contestó el chico— es que has bebido y esta es una idea de borracho.
—Josie podría ser nuestra modelo. Un cuadro de Josie en mi espalda. ¿No se me permite tener un cuadro de Josie en la espalda?
—¿De Josie?
—Sí.
Drioli sabía que la sola mención de su esposa haría que los gruesos labios del chico se entreabriesen y empezasen a temblar.
—No —dijo la chica.
—¡Josie, quería, por favor! Coge una botella y termínala, luego te sentirás más generosa. Nunca en mi vida he tenido una idea mejor.
—¿Qué idea?
—Que me haga un retrato tuyo en la espalda. ¿No me está permitido?
—¿Un retrato mío?
—Desnuda —dijo el chico—, es una excelente idea.
—Desnuda no —protestó ella.
—Es una idea fantástica —dijo Drioli.
—Una locura —arguyó la chica.
—De cualquier forma es una idea —dijo el chico—, es una idea digna de celebración.
Se bebieron otra botella. Luego el chico dijo:
—No, no quiero utilizar el tatuaje. Sin embargo, pintaré el retrato en tu espalda y lo tendrás hasta que tomes un baño y te laves. Si no tomas el baño en tu vida, lo tendrás siempre, mientras vivas.
—No —dijo Drioli.
—Sí, y el día que decidas bañarte, sabré que ya no valoras mi pintura. Será un prueba de tu admiración por mi arte.
—No me gusta la idea —dijo la chica—, su admiración por tu arte es tan grande que estaría sucio muchos años. Hazlo con tatuaje, pero no desnuda.
—Pues entonces un retrato —dijo Drioli.
—No lo podré hacer".


Le aquí un dos 16 relatos que forman parte do libro.


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